sábado, 17 de noviembre de 2012

Humildad


            Una parte importante del material que circula dentro y fuera de la web respecto a la OTAN proviene de Washington, Londres, Bruselas y demás capitales que consideran que su futuro está ligado a la Alianza Atlántica. Sin embargo algunas de las voces más lúcidas y capacitadas para explicar la importancia y el rol de la Alianza Atlántica dentro de la geopolítica global y del cuadrante sur occidental habrán de ser encontrados en zonas más periféricas. Gente ésta, que por lo general no cuenta con exposición mediática masiva con la cuál contrapesar el relato predominante de los sucesos internacionales.

            Por este motivo, lo más conveniente a la hora de idear un documental como el que estamos proponiendo, es reunir la mayor cantidad de especialistas de la más variada procedencia. No por capricho, sino por eficiencia narrativa: dado que las consecuencias y efectos de las acciones verbales o ejecutivas de una institución como la OTAN se hacen sentir en todos los rincones del globo; aunque las esferas, globo terráqueo incluido, como se sabe, no tengan rincones.

            La globalización, entendida como proceso inacabado, precario e superficial de occidentalización, en su devenir casi inapelable omite, calla, y aplana diferencias de todo tipo. Pero para los fines que persigue este documental, digamos que principalmente intenta pasar por alto intereses económicos y objetivos geopolíticos de las naciones no conforme con el lugar que la globalización así entendida les tiene asignado. Para resaltar lo que la globalización mediática silencia en cada oportunidad que la OTAN entra en acción es perentorio escuchar a aquellos que ven este accionar desde otro lugar. Así, los testimonios de Brasileros, Mexicanos, Uruguayos, Rusos, Australianos, Argentinos, Hindúes, Turcos, Egipcios, Árabes, y de otras nacionalidades aportarán cada uno a su manera una de las tanta facetas de este poliedro que constituye el relato universal concebido como mancomunión de intereses de los pueblos del mundo.

   

         No obstante la importancia primordial de dar cabida a especialistas de distintas latitudes, factores económicos financieros difíciles de soslayar pueden obligar a realizar una pesquisa menos ambiciosa en lo geográfico, pero no por ello menos profunda y abarcativa en lo conceptual. Muchos de los especialistas que pueden contribuir a hacernos entender el peso e importancia que el rol de la OTAN tiene para el futuro de Latinoamérica se hallan en nuestro país o no lejos de sus principales ciudades.

            De lo expuesto en los párrafos anteriores se colige que la apuesta de máxima y más alejada de un presupuesto escueto es entrevistar en un alto porcentaje a las personas que por profesión indagan sobre la OTAN y demás temas relacionados; o de una u otra manera son parte de ella. Pero lo más importante es el siguiente hecho que se puede desdoblar en tres aspectos: no sólo estas personas, o la mayoría, se mantienen actualizados en el día a día sobre la OTAN, sino que son los que aportan nuevos datos relativos al tema que nos interesa; además son reconocidas a nivel internacional –dentro de lo que se conoce como non mainstream media-, lo que permite realizar un documental “exportable”.

            También de lo anterior se desprende que la apuesta de mínima consistiría en realizar un documental para consumo interno o regional. Vale decir, entrevistar básicamente a periodistas y analistas argentinos y en caso de poder hacerlo, latinoamericanos. Esto implica simplificación logística y comunicacional (sólo lenguaje español), abaratamiento de producción y también, como contrapartida, limitación del público y/o mercado.

            Por vicio profesional y prejuicio personal del que suscribe la lista de entrevistados para el documental en lengua hispana puede ser bastante falible e incompleta, y muy mejorable. A saber: Atilio Borón, Stella Caloni, Pedro Briguer, Walter Goobar. Horacio Calderon, Sebastián Sak, Khatchik Derghougassian, Darío Pignotti, Antonio Sanchéz Pereyra, Alfredo Jalife Rahme, José Miguel Alonso Trabanco (los tres últimos son méxicanos), entre otros analistas.

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